A menudo confundimos las prioridades, y eso nos hace errar el camino.
Supongamos que me he de presentar a un examen importante para mi vida. Obviamente tengo que saberme los contenidos, pues sobre ellos van a preguntarme. Pero, debo dedicar todo mi tiempo de preparación a estudiar contenidos? Es esa mi prioridad?
Desgraciadamente (o afortunadamente) nuestro cerebro tiene una forma de actuación que nos ha llevado a sobrevivir los últimos 200000 años, desde que somos homo sapiens. Esa forma de actuar se basa sencillamente en: si detecto un peligro (un león que me quiere morder) me voy corrientes (reacción de fuga). El cuerpo desactiva todo lo que no aprovecha (básicamente el cerebro y el sistema inmunitario, que consumen mucha energía) y activa lo que necesita (los músculos para correr y el corazón para bombear sangre). Cuando ya ha pasado el peligro, activa todos los sistemas de "reparación" (sistema inmunitario incluido), por si hay alguna herida, poderla curar.
Es un mecanismo biológico sencillo y elegante. Enfrente el peligro, y después ya resolveré. Y nos ha hecho sobrevivir a todo tipo de situaciones ... Cuando los científicos estudian este mecanismo de supervivencia, como buenos científicos, le ponen nombre: se llama estrés.
Ay ... estrés? Yo creía que el estrés era otra cosa, ... que era el sufrimiento que siempre tenemos encima. Pues no. El estrés es el mecanismo biológico de supervivencia que nos ha traído hasta aquí.
¿Cuál es el problema? Que hoy el estrés no lo provoca un león o una serpiente que me ataca. Hoy el estrés lo provoca la factura que tengo que pagar, el jefe de mi departamento, los niños en casa, o la pareja, o los trabajos que tengo que hacer, o el proyecto que tengo que entregar mañana, o el examen de oposiciones, o ... tantas otras cosas que hacen que nuestra vida transcurra en un estrés continuo, en un estrés crónico.
Esto tiene dos problemas: el primero, biológico, como que el estrés es continuo, el cuerpo no sabe cuándo activar los mecanismos de resolución para corregir, con lo que vivimos en una alteración constante. El segundo problema, y que ahora nos ocupa, es vivir con el cerebro desactivado, con lo que nos cuesta más solucionar lo que nos ocupa, incluso nos bloquea las respuestas.
Volvamos al principio. Si yo me he de presentar a un examen importante para mi vida, que me la va a cambiar absolutamente, necesariamente tendré que dedicar un tiempo importante a resolver todo lo que tiene que ver con los estresores que me puedan estar afectando. Cuanto más tranquilo y relajado afronte el proceso que voy a vivir, más Grant de éxito tendré.
Por lo tanto, una de mis prioridad a la hora de prepararme, debe ser la gestión de las emociones, que me ayudan a resolver eficazmente lo que me piden