A menudo se confunde la aceptación con la resignación. Aclaremos un tanto los términos para saber de qué estamos hablando:
- RESIGNACIÓN: Mira que ha pasado !!! Buffff. Que mala suerte, todo me pasa a mí. Ya ves ...
- ACEPTACIÓN: Mira que ha pasado !!! Vale, vamos a ver que podemos hacer
Y si la aceptación fuera la solución?
Huelga decir que estamos viviendo momento muy convulsos, en los que no sabemos por dónde tirar. Algunas personas optan por rebelarse, otros para resignarse. Unas enfadan, otros se ponen tristes.
Queremos hacer las mismas cosas que hacíamos aunque sabemos que no es posible y nos empeñamos en seguir dándonos choques contra la pared.
Paseando por la orilla del mar te das cuenta de lo grande que el océano. Las ondas van y vienen sin un ritmo establecido, a su bola. Sobre la marcha estallan unas sobre las otras, llegan hasta la orilla, se mezclan con los granitos de arena, ... tanto se les da llegar a una playa de arena como otra de piedras, o de rocas.
El agua acepta su destino. Desde la aceptación, se adapta a las circunstancias que le rodean. Desde la aceptación consigue lo que desea.
Y nosotros, empeñados en ir contra todo, y viendo la solución ante nuestros ojos. Acepta que no tienes el control de lo que va a pasar.
Y desde la aceptación crea la mejor solución.